Spirulina: Un cultivo sostenible y amigable con el medioambiente
Además de sus múltiples beneficios para la salud, la Spirulina destaca por su impacto positivo en el medioambiente, contribuyendo a la producción de oxígeno y promoviendo una alimentación más sostenible.
En el contexto actual, marcado por desafíos ecológicos, climáticos y demográficos, es fundamental apostar por sistemas de producción de alimentos ecológicos. La creciente conciencia ambiental ha impulsado el interés por prácticas sostenibles, fomentando un equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación del planeta.
La ecología y el impacto de la actividad humana han adquirido una relevancia crucial. Todos los seres vivos interactúan constantemente con su entorno, por lo que es esencial tomar medidas para enfrentar los problemas ambientales y buscar soluciones sostenibles.
Un cultivo resiliente y de bajo impacto
La Spirulina es una auténtica alcalófila, capaz de prosperar en entornos con pH altamente alcalino. Su resistencia le permite reproducirse en condiciones extremas, convirtiéndola en uno de los alimentos que menos recursos necesita para su producción.
A diferencia de otros cultivos, la Spirulina crece en lagos salobres, lo que significa que no compite con otras fuentes de alimento ni las desplaza. De hecho, convierte en ventaja una aparente limitación: “Es a prueba de sequías, ya que no depende de las lluvias, y permanece estable hasta una año después de secarla” (Ortiz de Montellano, 2003, p. 132).
Gracias a su sostenibilidad y capacidad de adaptación, la Spirulina se posiciona como un alimento del futuro, ideal para enfrentar los desafíos alimentarios y ambientales del planeta (Atlas et al., 2002).

Un cultivo que beneficia al medioambiente
- Con 60% más proteína que cualquier alimento convencional, la Spirulina produce 20 veces más proteína por acre que los frijoles de soya y 200 veces más proteína que la carne.
- La Spirulina utiliza 100 a 400 veces menos agua que cualquier otra fuente de proteína convencional.
- No requiere agua potable para su cultivo, ya que puede crecer en agua salobre y reciclada, optimizando su reutilización en cada ciclo de producción.
- Considerada una de las microalgas con mayor capacidad de producción de oxígeno (Earthrise, 2009), la Spirulina es incluso más eficiente que los árboles. Cada hectárea de cultivo de Spirulina puede absorber 6.3 toneladas de CO₂ al año y producir 16 toneladas de oxígeno, contribuyendo significativamente a la reducción de la huella de carbono.
- Se puede cultivar y cosechar durante las cuatro estaciones del año. Maximiza el uso de la tierra y el agua, generando más alimento en menos espacio y con menor impacto ambiental.